24 AL 26 DE OCTUBRE DE 2014
HOTEL SOL DE ORO | LIMA, PERÚ
VIII JORNADAS DE LA NEL
Argumento y ejes

Ejes

I. El lazo social contemporáneo y mutaciones de goce

El goce femenino está más lejos del deseo, de los ideales culturales, y más próximo a un Otro no afectado por la falta. La lógica con la que opera el ser hablante para establecer el lazo social que conocemos, hace de límite y marco parcial al Otro goce; es así que encontramos hoy sujetos tomados por una variedad de ofertas terapéuticas que los capturan por un tiempo, los mismos que suelen tener un aire seudocientífico cuando no seudomístico. Pero no-todo del Otro goce es regulado por esa vía porque una parte permanece inasible. Lo inasible femenino es precisamente lo que se encuentra más cerca de lo real, por fuera de la dimensión del intercambio, menos tomado por los ideales que constriñen a los ciudadanos.

Si la realidad se aborda con los aparatos del goce, ¿cómo afecta el goce femenino los lazos entre las parejas, las familias, las instituciones? ¿Cómo determina una pluralización actual de las formas de relación que suplen lo que no hay?, ¿Cómo interviene en el establecimiento de las diferentes comunidades?

I. A. La pareja y la familia

"Antes la unidad básica de relación social era la familia y ahora es la pareja, pero hay que entender la pareja separándola de la satisfacción sexual, hay muchos modelos de pareja compatibles con ser célibe".[1] El amor real, que es el amor sin piedad, sin garantías, no localiza la pérdida de una manera que permita utilizarla, y su único límite es la sobredosis. Por otra parte, y puesto que el amor jamás está garantizado, muchas parejas buscan la formalización simbólica de la relación que mantienen a través del matrimonio, incluidas las comunidades LGBT.

I. B. Relación madre – hijo

"Para Lacan, la investigación sobre la sexualidad femenina era una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de los niños".[2] El niño está directamente comprometido, desde su propio cuerpo, en la dimensión del goce que habita en la mujer que es su madre. Lacan señala al respecto: "No es la relación del niño a la madre la que está en juego, sino la relación a ese otro en posición de Otro (Real). Ella, la mujer, opera con algo que incumbe u n más allá del significante fálico, con algo que está fuera de sentido"; [3] sin duda, esto tendrá efecto en la construcción de lo real para el niño. Del lado de la madre, señala Miller: ¿Qué sería una verdadera mujer? (…) en el sentido de Lacan, una mujer se mide por su distancia subjetiva de la posición de la madre. Porque ser una madre (…), es para una mujer querer hacerse existir como La (…) mujer en cuanto tiene". [4] A su vez, ser el objeto de la dilección materna tiene consecuencias impredecibles.

Es importante señalar que relación entre la madre y la hija suele estar signada por la devastación. La niña pide a la madre, en primer lugar, un amor exclusivo que inexorablemente deviene en decepción, lo que despierta su hostilidad, decía Freud, pero esta demanda insiste, trasladándose posteriormente a la relación con la pareja amorosa. ¿Qué dificultades y soluciones se verifican actualmente respecto a esta indicación?

I. C. Homosexualidades y otras sexualidades

Todo el mundo se acuesta con todo el mundo pero, ¿se acuesta con lo femenino? Lacan utilizó el neologismo "Hommosexuel, elle"[5] — cambiando la raíz griega (omós), que significa "igual", por la raíz latina (homme=hombre) — para indicar que el ser humano "paratodea" con el fin de no vérselas realmente con un goce radicalmente Otro. En cambio, el "heterosexual" como lo afirma en "El Atolondradicho" "es el que, sea hombre o mujer, gusta de las mujeres sin estar prometido a ellas por una relación que no existe".

Añadimos a este punto una sugerente línea de trabajo planteada por Lacan en "Ideas directivas para un Congreso sobre la sexualidad femenina",[6] en la que, apoyándose en el movimiento de "las Preciosas", sugiere que la homosexualidad femenina puede dar lugar a un movimiento distinto a la entropía que caracteriza a la homosexualidad masculina.

I. D. Comunidades de goce, nuevas ideologías y nuevas terapias

Las formas de goce diferentes al estándar se agrupan en esferas o guetos más allá de lo privado. Una suerte de rechazo generalizado a consentir en hacerse representar por un significante válido ante el Otro, el anhelo de mantener cierta unicidad y de defender cierta originalidad, sumado a lo inasible del goce real, deja ocasionalmente al sujeto como síntoma del Otro antes que ocupado en su sufrimiento.

El uso de tatuajes, ciertas manifestaciones artísticas, la preponderancia de los vínculos virtuales a través del internet, las organizaciones en pandillas o en defensa de un orden allí donde la institucionalidad fracasa, etc., son parte de la serie de manifestaciones que responden a su propio modo, al declive de la autoridad y de la función del padre, y encarnan un goce que no se ordena en el par falo-castración.


II. La práctica psicoanalítica

La generalización de la fórmula de la sexuación del lado femenino implica que no-todo el goce está sometido a la castración, ¿Cuáles son las consecuencias en la práctica psicoanalítica? El significante, aquí, es del orden de la letra como materia, el síntoma es letra que fija el goce fuera del inconsciente, y la angustia es señal de un real que ex – siste al sentido. Estos virajes incidirán en modificar nuestra orientación de la cura y la interpretación que practicamos.

La práctica clínica contemporánea se ve confrontada con una diversidad de síntomas que no se avienen al desciframiento del inconsciente así como ante el tratamiento de sujetos que no consienten al establecimiento del lazo transferencial o que lo hacen con gran dificultad. Este hecho no elimina la clínica diferencial, pero obliga a replantearse la clínica y su práctica teniendo en perspectiva esta dimensión del goce femenino. El goce femenino participa en la forma como se inscribe la satisfacción de lo corporal en el ser hablante, es un goce que no cesa de no escribirse y que persiste como resto sintomático.

Convocamos bajo las preguntas: ¿Qué encontramos hoy los psicoanalistas en nuestra práctica más allá del goce fálico en los tipos clínicos clásicos y en las formas contemporáneas del síntoma? ¿Cómo es la experiencia contemporánea de un análisis?

II. A. Histeria y obsesión

La demanda de amor entre las mujeres, particularmente, las enfrenta con el hecho de ser "no-toda", lo que puede resultarles insoportable. Podemos reconocer en los campos del deseo y del amor histérico, una extensión en la que domina el pasaje al acto, el estrago, el arrebato, el misticismo, allí donde el goce está liberado de la creencia en el falo; allí donde algo las aniquila. En el obsesivo puede leerse una defensa contra el goce femenino; el síntoma puede provenir de la construcción de un aparato de goce que intenta suprimir lo irrepresentable del goce o, a la inversa, la expresión misma del modo en que el sujeto se encuentra atravesado por un goce ilimitado. La solución obsesiva está sostenida en la exacerbación de la tradición mientras que se produce una ruptura o clandestinidad arraigada.

II. B. Psicosis

En las psicosis no hay goce fálico, entonces, el goce femenino está presente sin mutaciones que lo localicen: se dispersa por el cuerpo y los órganos empiezan a hablar. Puede orientarse, a su propio modo, al llamado "empuje a la mujer", que se comprende como "aspiración a la feminidad" en las psicosis.

II. C. Síntomas contemporáneos

El psicoanálisis como el capitalismo son discursos que animan a cada uno a producir su singularidad, su excepción, pero cada uno lo hace de forma diferente. El psicoanálisis se basa en que no hay satisfacción plena y no existe una norma para lograrla, "entonces le queda a cada uno inventar una solución particular que se apoya en su síntoma".[7] El discurso del consumo por el contrario, promueve el derecho al goce sin prohibición; la satisfacción tiende a liberarse de los lazos sociales tradicionales y también del acto de la palabra. El sujeto queda así a merced del discurso capitalista, el cual opera como el superyó con su imperativo: "¡Goza!". El despilfarro,[8] como señala Lacan, es su paradigma y a la vez, es el origen de una serie de síntomas que parecen estar especialmente vinculados a la pulsión de muerte. En muchos de esos síntomas encontramos versiones polimorfas de una sexualidad que no queda organizada por el fantasma. Algunos otros síntomas no son tampoco del todo nuevos, pero es indudable que el lazo social contemporáneo parece favorecerlos, tales como la anorexia, el fenómeno psicosomático, las fibromialgias, las adicciones, la hiperactividad, el pasaje al acto, etc.

II. D. La experiencia contemporánea del análisis

"La experiencia contemporánea del análisis (…) se prologa de una manera por completo desconocida, impracticada en tiempo de Freud. De ahora en más, nuestra experiencia pone al analizante en lucha con aquello que de su goce no produce sentido, con lo que permanece más allá de la caída del objeto a, con el Uno del goce".[9] Lo contemporáneo de la experiencia analítica ofrece respuestas a un interrogante: ¿cómo en la reiteración del Uno, en la pura adicción, allí donde no tenemos leyes y Lacan formula que lo Real es sin Ley, es posible alcanzar un trozo de real como producto del trabajo analítico? En este eje se podrá testimoniar cómo es posible circunscribir y atrapar un real en las vueltas dichas del trabajo analítico.

Notas

  1. Entrevista a M.-H. Brousse. "El amor real es el amor sin piedad". Descargable en: http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2012/11/10/amor-real-amor-piedad/; http://www.buscavoz.es/search.php?q=El+amor+real+es+el+amor+sin+piedad
  2. Laurent, E., Hay un fin de análisis para los niños. Colección Diva, Buenos Aires, 1999. Pág. 168. [3] Lacan, J., El Seminario, Libro 20, Aun. Paidós, Buenos Aires, 1981. Pág. 96.
  3. Miller, J.-A., "De mujeres y semblantes". En: Conferencias porteñas 2. Paidós, Buenos Aires, 2009. Pág. 101.
  4. Lacan, J., El Seminario, Libro 20, Aun. Paidós, Buenos Aires, 1998. Pág. 102.
  5. Lacan, J., Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina. En: Escritos 2. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 1975.
  6. Laurent, E, Principios rectores del acto psicoanal ítico. Tomado de AMP-UQBAR, Ornicar? Digital. Nº 293
  7. Lacan, J, El Seminario, Libro 20, Aun. Paidós, Buenos Aires, 1981. Pág. 11.
  8. Miller, J-A, Seminario de la Orientaci ón Lacaniana "El ser y el Uno". Inédito. Clase del miércoles 30 de marzo del 2011.
NEL - Nueva Escuela Lacaniana