24 AL 26 DE OCTUBRE DE 2014
HOTEL SOL DE ORO | LIMA, PERÚ
VIII JORNADAS DE LA NEL
EVA-LILITH
N° 18 | 29 de Agosto de 2014
Boletín de las VIII Jornadas de la NEL

Comentario a una cita de Lacan
Susana Dicker

"…el masoquismo femenino es un fantasma masculino… En este fantasma, y en relación a la estructura masoquista imaginada en la mujer, es por procuración como el hombre hace que su goce se sostenga mediante algo que es su propia angustia. Es lo que recubre el objeto. En el hombre, el objeto es la condición del deseo. El goce depende de esta cuestión. Ahora bien, el deseo, por su parte, no hace más que cubrir la angustia.

Para la mujer, el deseo del Otro es el medio para que su goce tenga un objeto, si puedo expresarme, así, conveniente. Su angustia no es sino ante el deseo del Otro, del que ella no sabe bien, a fin de cuentas, qué es lo que cubre (…) en el reino del hombre siempre está presente algo de impostura. En el de la mujer, si hay algo que corresponda a esto, es la mascarada".

Lacan, J, El Seminario, Libro 10,
La angustia, Paidós, Buenos Aires, 2006, pp 207-208

Esta referencia del seminario: "La Angustia", en la que Lacan pone en juego angustia, deseo y goce a partir de la originalidad de su afirmación: "el masoquismo femenino es un fantasma masculino", nos permite hacer el pasaje desde un Freud que en "El problema económico del masoquismo" ubica el dolor en el centro del ser de la mujer, a un Lacan que, interrogado por el goce femenino, irá más allá de la lógica freudiana.

Uno de los nombres para ese pasaje es el "goce de la privación", que desarrollará con posterioridad a este seminario. Con él descentrará ese goce femenino del registro del masoquismo para subrayar una posición en la mujer cuando se identifica al objeto de la fantasía perversa masculina. En ese goce de la privación- que tan bien es confundido con una posición masoquista- tenemos la conjunción entre amar la falta y gozar de ella. Aquí encontramos ese goce particular en una mujer cuando se despoja del tener para fabricarse un ser: dar todo por un hombre para ser toda para él. Allí donde valora más en hacerse un ser, que en tener. Un goce de la privación… para ser.

En "la comedia de los sexos" que vela la "no-relación sexual", una mujer puede consentir en ocupar el lugar de objeto causa de deseo para un hombre, como un destino posible para la feminidad, aunque ese lugar al que es convocada sea el de partenaire "masoquista".

Posición que nos acerca otro nombre para lo que en un momento fue "masoquismo femenino" y es el de "estrago", allí donde algunas mujeres consienten al fantasma de un hombre y - si se trata de asegurarse el goce del Otro- ponen el cuerpo en una conjunción de dolor y humillación, en una relación especial con un goce donde se pierde toda medida fálica.

Es lo que E. Laurent[1] define como "falsa solución del masoquismo femenino" cuando quiere asegurarse un lugar en el fantasma del hombre. Y dice falsa porque la salida femenina tendría que ir por el lado de "la mascarada", presentarse en su valor fálico pero sin adherirse a esa identificación imaginaria; es decir, no creer en el semblante mismo que ofrece. Se trata de "saber operar con nada", simbólicamente, para hacerse Otro para un hombre y, así, acceder a lo que Lacan define como "hacerse Otra para sí misma".

Notas:

  1. Laurent, E (1999): Posiciones femeninas del ser, p 86, Edit. Tres Haches, Bs As, Argentina.

Comisión Editorial Boletín Eva-Lilith

  • Raquel Cors Ulloa
  • María Hortensia Cárdenas
  • José Fernando Velásquez

NEL - Nueva Escuela Lacaniana